La tradición acompañada del esfuerzo y la pasión de sus agricultores hacen de la Bodega de San Esteban de Cenicientos la opción ideal para disfrutar de un Vermut de gran calidad y personalidad con D.O Vinos de Madrid. Una manera inmejorable de acompañar el aperitivo gracias a su extraordinaria singularidad y sorprendente sabor.
Bodega La Soterraña nace en el año 2006 en la pequeña localidad de Olmedo, al sur de la provincia de Valladolid, con la intención de materializar el gran sueño de un grupo de amigos amantes incondicionales del vino y vinculados con pasión a este sector desde hace años. Su pasión por el vino, (y la variedad verdejo en particular ), les impulsa a la realización de un capricho, elaborar un vino blanco verdejo acogido a la DO Rueda con el único propósito de la calidad y distinción del mismo.
Bodegas Launa es la historia de una familia dedicada al vino y a la viña durante generaciones. En el año 2006, la novena generación de la familia, vio nacer un proyecto que es fruto de la ilusión, el esfuerzo y espíritu de superación; la construcción de la bodega actual en Laguardia (Rioja Alavesa). En un enclave privilegiado bajo tierra y junto a la Sierra de Cantabria, la bodega se encuentra a 690 metros de altitud y rodeada de una viña de 57 hectáreas. Las 57 hectáreas de viñedo al cuidado de la bodega son la mejor garantía de la calidad de sus vinos.
Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.
Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.
Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.