Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.
Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.
Desde hace más de 160 años, la familia Larrainzar cultiva el viñedo en una sensacional propiedad llena de historia y tradición, cercada por los centenarios muros de piedra construidos en la Edad Media por los monjes del Monasterio de Irache. Un proyecto familiar apasionante vinculado a una tierra en concreto, para elaborar un vino excelente, con carácter y personalidad. En definitiva, vinos que nos cuenten cosas, que nos susurren quiénes son y de dónde vienen.